¡Uruguay vuelve! (1-1)
Uruguay se convirtió en la última selección en clasificarse para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 tras empatar a un gol ante Costa Rica, en un partido tenso y duro en el que los locales fueron mejores pero en el que terminaron sufriendo y pidiendo la hora ante la tardía reacción de los Ticos.
Un gol de Sebastián Abreu en el minuto 69 destapó la alegría uruguaya, que fue rápidamente transformada en angustia por Walter Centeno en el minuto 73, que neutralizó la ventaja y puso el miedo en el cuerpo de los charrúas por primera vez en el partido, hasta entonces claros dominadores del encuentro.
Inicio furioso
Los uruguayos salieron a la cancha arropados por el ensordecedor rugido del histórico Estadio Centenario, cuya energía impregnó desde los primeros minutos el juego local.
Antes de los cinco minutos, Uruguay ya había lanzado dos saques de esquina y el joven Nicolás Lodeiro había asustado a los centroamericanos con un lanzamiento lejano de falta que sorprendió a todos y que se fue fuera de la puerta por poco.
Con el control total del centro del campo, el siguiente en probar suerte fue el delantero Diego Forlán, con un poderoso disparo que el arquero Keylor Navas desvió forzado a córner.
Los Ticos, incómodos, respondieron por vez primera a través de Víctor Núñez, con otro disparo lejano.
Según avanzaban los minutos, los centroamericanos parecían cada vez menos convencidos de sus posibilidades, mientras que los uruguayos, todo energía, parecían necesitados de algo de sangre fría para hacer valer su dominio y sentenciar la eliminatoria.
Sin control de la pelota, los visitantes comenzaron a endurecer su marca sobre la ofensiva uruguaya, liderada por Lodeiro, muy bien parado, habilidoso y cada vez más cómodo con su papel de creador de juego de los celestes en su segundo partido con la selección.
Los costarricenses parecieron resignarse a destruir las ofensivas uruguayas y a responder con algún contragolpe y así gozaron de un par de ocasiones que enmudecieron al público en el Centenario.
Sufrimiento y goce
En la reanudación, los Ticos se mostraron más ofensivos, mientras que los locales destrabaron un poco su juego atropellado, cambiaron su energía por un mejor juego y amenazaron con mayor efectividad el arco de Navas.
Sebastián Eguren primero, con un remate de cabeza que se escapó por centímetros, y Forlán después, con un tiro lejano muy bien atajado por Navas, pusieron el grito de gol en la garganta de los aficionados uruguayos.
Tuvo que ser el recién ingresado Sebastián Abreu el que diera la alegría a los aficionados, al imponer su corpulencia con un remate de cabeza desde el centro del área, imparable para Navas. Esa alegría, sin embargo, duró muy poco...
Cuando aún sonaba el ruido de los petardos, Costa Rica neutralizó la ventaja local en un contragolpe veloz culminado por Walter Centeno, que aprovechó de forma fulminante una pelota suelta en la frontal del área en el minuto 73.
El empate despertó a los centroamericanos, que ofrecieron más peligro en los minutos finales que durante todo el partido, mientras que Uruguay quedó paralizado y desorientado por el inesperado tanto de los Ticos.
Con mucho miedo en el cuerpo, Uruguay se esforzó por retomar el control durante el tiempo restante, que pareció eterno hasta que el árbitro sentenció el fin del partido y el pase uruguayo al Mundial de Sudáfrica.
Uruguay se convirtió en la última selección en clasificarse para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 tras empatar a un gol ante Costa Rica, en un partido tenso y duro en el que los locales fueron mejores pero en el que terminaron sufriendo y pidiendo la hora ante la tardía reacción de los Ticos.
Un gol de Sebastián Abreu en el minuto 69 destapó la alegría uruguaya, que fue rápidamente transformada en angustia por Walter Centeno en el minuto 73, que neutralizó la ventaja y puso el miedo en el cuerpo de los charrúas por primera vez en el partido, hasta entonces claros dominadores del encuentro.
Inicio furioso
Los uruguayos salieron a la cancha arropados por el ensordecedor rugido del histórico Estadio Centenario, cuya energía impregnó desde los primeros minutos el juego local.
Antes de los cinco minutos, Uruguay ya había lanzado dos saques de esquina y el joven Nicolás Lodeiro había asustado a los centroamericanos con un lanzamiento lejano de falta que sorprendió a todos y que se fue fuera de la puerta por poco.
Con el control total del centro del campo, el siguiente en probar suerte fue el delantero Diego Forlán, con un poderoso disparo que el arquero Keylor Navas desvió forzado a córner.
Los Ticos, incómodos, respondieron por vez primera a través de Víctor Núñez, con otro disparo lejano.
Según avanzaban los minutos, los centroamericanos parecían cada vez menos convencidos de sus posibilidades, mientras que los uruguayos, todo energía, parecían necesitados de algo de sangre fría para hacer valer su dominio y sentenciar la eliminatoria.
Sin control de la pelota, los visitantes comenzaron a endurecer su marca sobre la ofensiva uruguaya, liderada por Lodeiro, muy bien parado, habilidoso y cada vez más cómodo con su papel de creador de juego de los celestes en su segundo partido con la selección.
Los costarricenses parecieron resignarse a destruir las ofensivas uruguayas y a responder con algún contragolpe y así gozaron de un par de ocasiones que enmudecieron al público en el Centenario.
Sufrimiento y goce
En la reanudación, los Ticos se mostraron más ofensivos, mientras que los locales destrabaron un poco su juego atropellado, cambiaron su energía por un mejor juego y amenazaron con mayor efectividad el arco de Navas.
Sebastián Eguren primero, con un remate de cabeza que se escapó por centímetros, y Forlán después, con un tiro lejano muy bien atajado por Navas, pusieron el grito de gol en la garganta de los aficionados uruguayos.
Tuvo que ser el recién ingresado Sebastián Abreu el que diera la alegría a los aficionados, al imponer su corpulencia con un remate de cabeza desde el centro del área, imparable para Navas. Esa alegría, sin embargo, duró muy poco...
Cuando aún sonaba el ruido de los petardos, Costa Rica neutralizó la ventaja local en un contragolpe veloz culminado por Walter Centeno, que aprovechó de forma fulminante una pelota suelta en la frontal del área en el minuto 73.
El empate despertó a los centroamericanos, que ofrecieron más peligro en los minutos finales que durante todo el partido, mientras que Uruguay quedó paralizado y desorientado por el inesperado tanto de los Ticos.
Con mucho miedo en el cuerpo, Uruguay se esforzó por retomar el control durante el tiempo restante, que pareció eterno hasta que el árbitro sentenció el fin del partido y el pase uruguayo al Mundial de Sudáfrica.
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