Noboa, el nuevo héroe

Vertiginosos. Así han sido los últimos meses en la carrera del volante ecuatoriano Christian Noboa. Si no lo cree, lea las próximas líneas...

En diciembre de 2008, Noboa se convertía en el primer futbolista de su país en consagrarse campeón del fútbol ruso con el humilde Rubín Kazán. Días más tarde, era convocado por primera vez a la selección mayor desde que Sixto Vizuete es su entrenador, para disputar en febrero un amistoso internacional ante el combinado Sub-21 de Inglaterra. Noboa ingresó con el marcador 0-2 y, además de participar en la jugada del descuento, para muchos le cambió la cara al equipo, que al final ganó por 3-2.

Hasta ahí nada extraordinario, es cierto. Sin embargo, un mes después fue citado por Vizuete para disputar la doble jornada de eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 ante Brasil y Paraguay. ¿Qué pasó? Noboa se transformó en héroe nacional al anotar un gol en cada uno de esos partidos que, a pesar de terminar 1-1, le permiten a la Tricolor seguir soñando con su tercera fase final consecutiva. ¡Y ambos viniendo desde la banca!

"Estoy muy contento de formar parte de la selección, haber aportado algo y haberle demostrados a todos a todos cómo estoy jugando en Rusia", cuenta humildemente el protagonista de esta historia a FIFA.com desde Kazán, donde el jueves 9 de abril festejara su cumpleaños número 24.

El sueño cumplido
Corría el minuto 89 del encuentro ante Brasil y Ecuador perdía 1-0 sin merecerlo. Noboa, que había entrado a los 75', tomó un rebote de Julio César y anotó el 1-1. Atrás quedaban su debut en 2004 con la camiseta de Emelec, su pase a Rusia a comienzos de 2007, su difícil adaptación al fútbol europeo... "Cuando vi que el balón entró, no sentí nada. Pensé ‘vamos que podemos ganarlo' mientras le gritaba a Julio César que suelte la pelota para llevarla a la mitad de la cancha. Recién a la noche me repetía una y otra vez: ‘¡le hice un gol a Brasil'!".

Hasta el momento de saltar al campo de juego, Noboa dice haber estado calmo. "Jugar contra los brasileños siempre había sido mi sueño. Si bien tomé la convocatoria con tranquilidad, eso cambió cuando Vizuete dijo ‘Cristian, prepárate que vas a entrar'. Sentí una rara mezcla de alegría, tristeza, ansiedad y nerviosismo, y pensé que, pasara lo que pasara, nadie me iba a quitar ese momento. Y luego me dije a mí mismo: ‘Ahora ve y demuestra por qué te llamaron a la selección', afirma con un entusiasmo.

Para colmo, este guayaquileño no tuvo ni tiempo para asimilar las cosas, ya que 72 horas después le anotaba al líder Paraguay, otra vez viniendo desde la banca. "Uno siempre desea hacer las cosas bien, pero volver a entrar y volver a marcar, ¡se da una en un millón! Creo que ante Paraguay grité los dos goles juntos", dice entre risas este volante ofensivo diestro de 1,81 metros de altura.

Noboa cambia el tono de su voz al analizar los recientes empates de Ecuador. "Con Brasil, así como pudimos haberlo ganado, también podríamos haberlo perdido. Al final nos dimos cuenta que rescatar un punto ante Brasil nunca es poco, y eso nos dio algo de paz. Pero con Paraguay la sensación fue bien distinta. Cuando el árbitro terminó el partido, yo quería llorar. En el camerino nos mirábamos y no podíamos creer lo que había sucedido".

Madurez y confianza
Noboa debió madurar rápido en Rusia y se nota en sus palabras. "Los primeros seis meses resultaron duros. En lo personal, por ejemplo, era la primera vez que veía nieve, ¡y tuve un principio de bronquitis! Estuve siete días sin poder salir ni a la esquina", rememora. Las cosas mejoraron cuando conoció a Olya Romanova, su actual pareja. "Además de aprender el idioma y las costumbres, puede pensar en otra cosa que no fuera una pelota", confiesa.

En lo futbolístico las cosas también fueron difíciles para él. "Yo en Emelec jugaba de enganche y sólo me dedicaba a atacar, a ‘jugar bonito'. Cuando llegué acá me pedían que fuera funcional: que marque, que aparezca por derecha, por izquierda, que pise las dos áreas... Al principio se mi hizo muy difícil, pero por suerte pude adaptarme. El título me llenó de orgullo por mí y por mi país", aclara quien aportara siete goles para la gesta de Rubín Kazán.

La charla telefónica va llegando a su fin y Noboa vuelve a pensar en la clasificación para Sudáfrica 2010. "Matemáticamente hay posibilidades, y uno siempre tiene que estar aferrado a eso. Si salimos a jugar contra Perú y Argentina con la misma mentalidad y ganas que lo hicimos ante Brasil y Paraguay, no tengo dudas de que les podemos ganar. Necesitamos de esos seis puntos pero tenemos que afinar la puntería. Y tenemos con qué: ante dos rivales de peso, Ecuador demostró por qué es hoy un equipo grande en Sudamérica".