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Alemania destruyó a Argentina 4-0 y pasó a semifinales
Alemania avanzó hoy a las semifinales del Mundial de fútbol con una histórica goleada de 4-0 sobre la Argentina de Diego Maradona y Leo Messi.
La tricampeona mundial se enfrentará el miércoles en Durban a la ganadora del choque que España y Paraguay juegan hoy en Johannesburgo.
Thomas Müller, a los 3', Miroslav Klose, a los 68' y 89', y Arne Friedrich, a los 74', le dieron forma a un aplastante triunfo alemán, el más amplio de la historia ante una Argentina hoy sin brújula.
Messi, el mejor futbolista del planeta, se fue del Mundial sin anotar un sólo gol, el golpe más duro de su carrera.
La de hoy es la mayor goleada que encaja Argentina en un Mundial desde el 4-0 ante Holanda el 26 de junio de 1974 en el Parkstadion de Gelsenkirchen.
El partido llegaba precedido de tres días de provocaciones verbales por parte de los alemanes, pero en el notable Greenpoint Stadium de Ciudad del Cabo casi no hubo tiempo para palabras. Bastian Schweinsteiger, el gran "provocador", se encargó hoy de impulsar a su equipo con fútbol e inteligencia, apoyado por jóvenes compañeros entre los que destacó el talento de Müller, de sólo 20 años
Alemania salió con el mismo equipo con el que goleó por 4-1 a Inglaterra, y Argentina con los hombres del 3-1 a México.
Ya en la primera jugada Klose bajó desde atrás a Mascherano, mientras Schweinsteiger se acopló a Messi, ayudado más de una vez por Podolski, al que Otamendi enseguida derribó.
Nervioso, Otamendi vio cómo Müller lo anticipaba limpiamente para cabecear a los 3' a gol un centro de Schweinsteiger. Situación nueva para Argentina, nunca antes en desventaja en el torneo.
Otamendi, cada vez más nervioso, se ganó enseguida la amarilla, y llamó la atención que el árbitro uzbeko Ravshan Irmatov no lo expulsara. A los 69' lo reemplazó Javier Pastore.
Argentina no acertaba más de dos pases, Alemania la asfixiaba presionando en su campo gracias a las brillantes sociedades que componían Schweinsteiger, Mesut Özil, Podolski y, sobre todo, Müller, imparable para los albicelestes.
Maradona seguía todo en el límite del área técnica, casi en la cancha. Se estaba jugando mucho, prácticamente todo. ¿Qué haría? Por lo pronto, a los 20', mover los brazos enérgicamente para que la muy silenciosa hinchada argentina gritase.
Imprecisa con la pelota, con centros a la nada y habilitaciones muy largas, Argentina bien pudo haber sido goleada en ese primer tiempo.
Y eso que se trataba de una Argentina muy parecida a la que derrotó a Nigeria, Corea del Sur, Grecia y México: una defensa endeble y un mediocampo sin creación. Lo que faltaba hoy eran los impiadosos delanteros perforando las redes contrarias. Y sobraba, claro, la jerarquía de Alemania, un rival muy superior a todos los anteriores.
A los 24' Heinze perdió la pelota y Müller pasó por la derecha como un Porsche por la autopista que le dejaron Demichelis y Otamendi. Klose, sólo frente al arco, la tiró arriba. Löw se agarró la cabeza, porque el 2-0 a esa altura era un golpe demasiado duro para una Argentina ya de por sí aturdida.
Di María se fue a la derecha a buscar combinar con Tevez y Messi, mientras Maxi pasó a la izquierda.
Además de estar bien controlado, Messi estaba llamativamente impreciso. Sin goles anotados en el Mundial y a cuatro años de aquella derrota en Berlín que siguió impotente desde el banco de suplentes, hoy tenía la triple presión de salvar a Argentina, a Maradona y silenciar a sus críticos en Argentina.
Müller siguió siendo un enigma de otro mundo para Heinze y Demichelis, y a los 44' volvió a merodear el gol. Para ese entonces Higuaín, ausente hasta entonces, había hecho un par de razonables apariciones.
El primer tiempo se cerró con una jugada individual de Messi, que cerró lanzando la pelota un metro y medio por encima del travesaño.
¿Conseguiría socios en el primer tiempo, gente que lo liberase de iniciar, progresar y terminar la jugada?
No. Argentina, sin brillantez, pero con voluntad y un Mascherano luchador, inclinó en la primera parte del segundo tiempo la cancha hacia el arco alemán. Higuaín comenzó a estar en varias jugadas de peligro.
Pero la de Argentina fue una ráfaga sin fuerza, porque a los 68' Müller, desde el piso, habilitó a Podolski, que salvó sin problemas la marca de Burdisso para dejarle la pelota a Klose bajo el arco: gol mundialista número 13 en su centésimo partido con Alemania.
El 2-0 movió a Maradona a tomar su primera decisión seria del partido, el ingreso de Pastore, un "10" con pimienta. Pero enseguida Pastore se encontró haciendo algo inesperado, marcar junto a Higuaín a Schweinsteiger en el área argentina. El alemán ni se inmutó, pelota atrás y gol a los 74' del central Friedrich. Delanteros marcando y centrales anotando, un detalle del caos argentino.
Entró el "Kun" Agüero en lugar de Di María, pero ya era tarde para Argentina. Klose rompió otra vez el arco argentino, a placer a los 89': igualaba con 14 al Gerd "Bombardero" Müller y quedaba sólo uno por debajo del récord absoluto del brasileño Ronaldo.
La tarde era alemana. Lo mejor que podían hacer Maradona y los suyos era entrar rápidamente al vestuario.
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