Bolivia complicó una vez más su posibilidad de clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010 al empatar este martes con Uruguay 2-2 en el incio de la décima fecha de la eliminatoria sudamericana.
Los goles bolivianos fueron antotados por el ariete Marcelo Martins Moreno, del Shaktar de Ucrania (15' y 42'), quien con las luces prendidas abrió la posibilidad de otra victoria, pero que no se consolidó por errores tácticos y por la voluntad uruguaya que remontó un marcador que parecía imposible en los 3.600 metros de altitud de La Paz.
Carlos Bueno (64') y Sebastián Abreu (88') llevaron a la celeste al empate, en un esfuerzo sin precedentes de los jugadores charruas que estuvieron inclusive muy cerca de lograr una victoria histórica en el estadio Hernando Siles.
Con este resultado, Uruguay se coloca en el cuarto lugar de las posiciones, con trece puntos, junto a Chile, quinto por diferencia de goles, mientras que Bolivia permanece hundida en el octavo puesto con nueve unidades.
El equipo altiplánico comenzó como lo hizo con Perú, decidido a resolver el partido lo más pronto posible y se lanzó ofensivamente por ambas puntas, contra un desorientado equipo uruguayo al que le costó demasiado pararse en el campo de juego.
Pero no repitió el mismo ritmo y la velocidad del juego con los incaicos, porque las figuras de ese cotejo, Joaquín Botero y Ronald García, no aparecieron en toda su dimensión, y se cayó el esquema del timonel Erwin 'Platiní' Sánchez.
El equipo visitante sintió en exceso la ausencia de al menos seis jugadores titulares y, además, su manifiesto temor a la altura de La Paz, pero se animó en momentos precisos del cotejo para arrancar un valioso punto.
La primera etapa terminó con un tranquilizador 2 a 0 para el local, pero como ocurrió con Perú bajó sus revoluciones ofensivas, permitiendo que Uruguay tomara las riendas por algunos minutos, en los que llegó el gol del descuento.
Tras el gol, Tabárez jugó todas sus cartas y mandó a la cancha a Sebastián Abreu para lograr al menos un punto y el partido dejó de ser un plano inclinado por los ataques bolivianos.
Abreu, de cabeza a dos minutos del final, fue el verdugo de la escuadra del altiplano en una acción que pintó de cuerpo entero su trayectoria internacional y su gran olfato de gol.
Los goles bolivianos fueron antotados por el ariete Marcelo Martins Moreno, del Shaktar de Ucrania (15' y 42'), quien con las luces prendidas abrió la posibilidad de otra victoria, pero que no se consolidó por errores tácticos y por la voluntad uruguaya que remontó un marcador que parecía imposible en los 3.600 metros de altitud de La Paz.
Carlos Bueno (64') y Sebastián Abreu (88') llevaron a la celeste al empate, en un esfuerzo sin precedentes de los jugadores charruas que estuvieron inclusive muy cerca de lograr una victoria histórica en el estadio Hernando Siles.
Con este resultado, Uruguay se coloca en el cuarto lugar de las posiciones, con trece puntos, junto a Chile, quinto por diferencia de goles, mientras que Bolivia permanece hundida en el octavo puesto con nueve unidades.
El equipo altiplánico comenzó como lo hizo con Perú, decidido a resolver el partido lo más pronto posible y se lanzó ofensivamente por ambas puntas, contra un desorientado equipo uruguayo al que le costó demasiado pararse en el campo de juego.
Pero no repitió el mismo ritmo y la velocidad del juego con los incaicos, porque las figuras de ese cotejo, Joaquín Botero y Ronald García, no aparecieron en toda su dimensión, y se cayó el esquema del timonel Erwin 'Platiní' Sánchez.
El equipo visitante sintió en exceso la ausencia de al menos seis jugadores titulares y, además, su manifiesto temor a la altura de La Paz, pero se animó en momentos precisos del cotejo para arrancar un valioso punto.
La primera etapa terminó con un tranquilizador 2 a 0 para el local, pero como ocurrió con Perú bajó sus revoluciones ofensivas, permitiendo que Uruguay tomara las riendas por algunos minutos, en los que llegó el gol del descuento.
Tras el gol, Tabárez jugó todas sus cartas y mandó a la cancha a Sebastián Abreu para lograr al menos un punto y el partido dejó de ser un plano inclinado por los ataques bolivianos.
Abreu, de cabeza a dos minutos del final, fue el verdugo de la escuadra del altiplano en una acción que pintó de cuerpo entero su trayectoria internacional y su gran olfato de gol.
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