La conexión africana
Han pasado más de cinco siglos desde que los navegantes portugueses cruzaron por primera vez los mares que se extienden al sur del continente africano. Como Bartolomeu Dias y Vasco da Gama, que hicieron historia al conectar por mar los océanos Atlántico e Índico, Portugal vuelve a tener la esperanza de alcanzar en tierras australes cotas nunca antes conquistadas.
Hace mucho tiempo que las aguas revueltas del Cabo de las Tormentas se transformaron en las del Cabo de Buena Esperanza, y la expedición portuguesa parte hoy hacia una nueva aventura con el mismo afán de conquista que mostraron aquellos hombres que quisieron domar los mares. Esta vez, el desafío tendrá lugar entre líneas de cal y no a bordo de naos, y arrancará cuando el mundo se vuelva a juntar en torno a un pequeño rectángulo verde. Los dos primeros partidos de Portugal se disputarán en Puerto Elizabeth y Ciudad del Cabo, muy cerca de las olas que tanto atormentaron y tanto cubrieron de gloria a los antiguos lusitanos.
Pero la historia continúa escribiéndose: el 11 de junio de 2010 comenzará la primera Copa Mundial de la FIFA que se celebra en el continente africano, cuyo fútbol posee un vínculo casi umbilical con el luso. Desde el máximo goleador de la Copa Mundial de la FIFA 1966, Eusébio, nacido en Mozambique, hasta Nani, natural de Cabo Verde, muchos han sido los talentos que vieron la luz en una tierra que cada vez da más brillo al deporte rey.
Carlos Queiroz conoce muy bien el potencial del fútbol de África. Nacido también en Mozambique, el técnico portugués entrenó en su día a la selección sudafricana, a la que condujo hasta la fase final de la Copa Mundial de la FIFA 2002, y es perfectamente consciente de la importancia y dificultad que entraña el primer compromiso de Portugal en la cita mundialista.
Lucha en el Cabo por la ronda eliminatoria
Costa de Marfil será el rival del cuadro luso el 15 de junio en Puerto Elizabeth, y Queiroz ha reconocido que los Elefantes bien podrían dar la sorpresa en Sudáfrica después de su prometedor estreno en la Copa Mundial de la FIFA hace cuatro años. Aunque es cierto que en la cita alemana no pasaron de la primera fase, Didier Drogba y compañía dieron muestras de su gran calidad. El cuadro marfileño cayó por la mínima frente a Argentina y Holanda (2-1 en ambos casos) y se impuso por 3-2 a Serbia y Montenegro tras remontar un 2-0 en contra.
“No sólo lo digo yo. Todos los expertos apuestan por la posibilidad de que Costa de Marfil se convierta en la primera selección africana que alcanza las semifinales de un Mundial”, aseguró Queiroz cuando se le inquirió sobre las cualidades del que será su primer adversario en la prueba reina. Las palabras del seleccionador demuestran la cautela con que el combinado luso está preparando el encuentro.
Con el certamen a la vuelta de la esquina y la certeza de que el primer partido de la fase de grupos suele resultar fundamental, Portugal ha incluido en su agenda de preparación tres amistosos, todos ellos contra selecciones africanas. Después de probarse frente a un oponente asiático el pasado marzo en un duelo contra China —porque la RDP de Corea será su segundo rival en Sudáfrica— la Selecção das Quinas se ha centrado ahora en el mágico e imprevisible fútbol del continente madre.
El primer examen, frente a la ordenada selección de Cabo Verde, acabó en un empate sin goles, y la exigencia va en aumento. El próximo martes, Portugal se medirá a Camerún en la localidad lusa de Covilhã, antes de poner rumbo a Sudáfrica, donde todavía se someterá a un último ensayo antes del debut en la competición mundialista. La Selecção das Quinas se enfrentará a Mozambique en Johannesburgo, y abordará después el reto de trascender hitos nunca antes alcanzados.
Han pasado más de cinco siglos desde que los navegantes portugueses cruzaron por primera vez los mares que se extienden al sur del continente africano. Como Bartolomeu Dias y Vasco da Gama, que hicieron historia al conectar por mar los océanos Atlántico e Índico, Portugal vuelve a tener la esperanza de alcanzar en tierras australes cotas nunca antes conquistadas.
Hace mucho tiempo que las aguas revueltas del Cabo de las Tormentas se transformaron en las del Cabo de Buena Esperanza, y la expedición portuguesa parte hoy hacia una nueva aventura con el mismo afán de conquista que mostraron aquellos hombres que quisieron domar los mares. Esta vez, el desafío tendrá lugar entre líneas de cal y no a bordo de naos, y arrancará cuando el mundo se vuelva a juntar en torno a un pequeño rectángulo verde. Los dos primeros partidos de Portugal se disputarán en Puerto Elizabeth y Ciudad del Cabo, muy cerca de las olas que tanto atormentaron y tanto cubrieron de gloria a los antiguos lusitanos.
Pero la historia continúa escribiéndose: el 11 de junio de 2010 comenzará la primera Copa Mundial de la FIFA que se celebra en el continente africano, cuyo fútbol posee un vínculo casi umbilical con el luso. Desde el máximo goleador de la Copa Mundial de la FIFA 1966, Eusébio, nacido en Mozambique, hasta Nani, natural de Cabo Verde, muchos han sido los talentos que vieron la luz en una tierra que cada vez da más brillo al deporte rey.
Carlos Queiroz conoce muy bien el potencial del fútbol de África. Nacido también en Mozambique, el técnico portugués entrenó en su día a la selección sudafricana, a la que condujo hasta la fase final de la Copa Mundial de la FIFA 2002, y es perfectamente consciente de la importancia y dificultad que entraña el primer compromiso de Portugal en la cita mundialista.
Lucha en el Cabo por la ronda eliminatoria
Costa de Marfil será el rival del cuadro luso el 15 de junio en Puerto Elizabeth, y Queiroz ha reconocido que los Elefantes bien podrían dar la sorpresa en Sudáfrica después de su prometedor estreno en la Copa Mundial de la FIFA hace cuatro años. Aunque es cierto que en la cita alemana no pasaron de la primera fase, Didier Drogba y compañía dieron muestras de su gran calidad. El cuadro marfileño cayó por la mínima frente a Argentina y Holanda (2-1 en ambos casos) y se impuso por 3-2 a Serbia y Montenegro tras remontar un 2-0 en contra.
“No sólo lo digo yo. Todos los expertos apuestan por la posibilidad de que Costa de Marfil se convierta en la primera selección africana que alcanza las semifinales de un Mundial”, aseguró Queiroz cuando se le inquirió sobre las cualidades del que será su primer adversario en la prueba reina. Las palabras del seleccionador demuestran la cautela con que el combinado luso está preparando el encuentro.
Con el certamen a la vuelta de la esquina y la certeza de que el primer partido de la fase de grupos suele resultar fundamental, Portugal ha incluido en su agenda de preparación tres amistosos, todos ellos contra selecciones africanas. Después de probarse frente a un oponente asiático el pasado marzo en un duelo contra China —porque la RDP de Corea será su segundo rival en Sudáfrica— la Selecção das Quinas se ha centrado ahora en el mágico e imprevisible fútbol del continente madre.
El primer examen, frente a la ordenada selección de Cabo Verde, acabó en un empate sin goles, y la exigencia va en aumento. El próximo martes, Portugal se medirá a Camerún en la localidad lusa de Covilhã, antes de poner rumbo a Sudáfrica, donde todavía se someterá a un último ensayo antes del debut en la competición mundialista. La Selecção das Quinas se enfrentará a Mozambique en Johannesburgo, y abordará después el reto de trascender hitos nunca antes alcanzados.
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