¿Quién lo hubiera dicho? En junio de 2008, la selección brasileña igualaba 0-0 ante Argentina en Belo Horizonte y su entrenador, el temperamental Dunga, era insultado y desautorizado por todo un estadio enardecido. Hoy, quince meses más tarde, la Seleção no sólo se ha ganado el respeto de todos al conquistar la Copa FIFA Confederaciones en Sudáfrica, sino que se ha convertido en la primera clasificada del continente para la Copa Mundial de la FIFA del año próximo. Y lo ha conseguido de la manera más dulce: derrotando con autoridad a su máximo rival, en territorio enemigo, y dejándolo en jaque de cara a la etapa decisiva del certamen."Es una satisfacción enorme el haber conseguido la clasificación en este contexto, pero aún más el confirmar que hemos hecho un buen trabajo. Desde nuestra llegada, buscamos transmitir ese entusiasmo por defender a la selección, hacer que nuestros jugadores, estrellas en sus equipos, se convirtieran en trabajadores dentro del campo", explicó un Dunga orgulloso luego del 3-1 consumado en Rosario.
"Nuestra intención era conseguir que nuestros jugadores jugaran con alegría y que viajar con placer a representar al país. Lo hicieron todo este tiempo, estuvieron concentrados y se brindaron al máximo. Por eso estamos felices con el resultado. Todo se dio como esperábamos y conseguimos el objetivo principal", completó quien ya ha sabido levantar el máximo trofeo del planeta fútbol en 1994".
Números contundentes
La campaña avala lo que explica el técnico, quien asumió la responsabilidad de clasificar al único equipo del mundo que no ha faltado a ninguna fase final de la Copa Mundial de la FIFA. Para cualquiera, un riesgo innecesario. Para Dunga, una nueva prueba de carácter y capacidad.
Los números le dan la razón: incluyendo amistosos y partidos oficiales, Brasil suma 10 victorias consecutivas y 18 partidos invicto. En la eliminatoria lleva 30 puntos, y ha sabido derrotar como visitante a equipos de la talla de Chile, Uruguay y Argentina. ¿La última derrota? El 15 de junio de 2008, 0-2 ante Paraguay.
Sin embargo, pocos encuentros superarán la satisfacción del disputado este 5 de septiembre en Rosario. Tal como explicaba Lúcio, el capitán, luego de la contienda: "La sensación es excelente, inmejorable. Ya estamos clasificados, ¡aquí en Argentina! Tiene un sabor especial por la rivalidad existente. La satisfacción del deber cumplido, en estas circunstancias, es aún mayor".
La situación del capitán no puede ser mejor: de su mano, el equipo ganó el Festival de Campeones hace apenas tres meses y ahora se anota como candidato a pelear por su sexta corona mundial. "Sabíamos que afrontábamos un partido difícil, pero hicimos un esfuerzo por soportar la presión y nos quedamos con los tres puntos. Lo más importante de todo eso es que estamos ganando seguido, nos clasificamos y tendremos más tranquilidad para mejorar algunos aspectos antes del Mundial", agrega el símbolo del equipo más goleador (28) y menos goleado (7) del certamen.
Las claves de la victoria
Para Dunga, la explicación de la resonante victoria sobre el equipo de Diego Maradona es simple. "Le dije a mis futbolistas antes del partido: si terminamos los 90 minutos con once jugadores en el campo, la victoria será nuestra. No quiero que nadie se pelee ni que reciba tarjetas. Si lo logramos, nos llevaremos el triunfo. Eso hicimos".
Claro que, además de mantener la cabeza fría, los pentacampeones supieron golpear en los momentos justos. Así marcaron dos tantos en apenas seis minutos, como también lograron el tercero apenas instantes después de que Argentina descontara en el complemento. "Mi último gol fue muy importante, porque habían marcado ellos y comenzaban a agrandarse con el apoyo de la hinchada. Pero bueno, aparecí yo y les tiré un balde de agua helada", bromeó el Fabuloso Luis Fabiano en los vestuarios.
El atacante merece un párrafo aparte: desde la partida de Ronaldo, nadie había logrado adueñarse de la camiseta número 9. Hasta su llegada, claro... ya suma 8 tantos en la eliminatoria, es el máximo artillero y confirmó todo lo bueno que había exhibido en la Copa FIFA Confederaciones.
Claro que su sueño, como el de todo Brasil, es ratificar ese nivel en la cita del próximo mes de junio. El primer paso, el de la clasificación, ya está dado. Ahora falta la puesta a punto. Brasil, el que nunca falta, volverá a dar el presente en Sudáfrica 2010. "La clave para estos triunfos es la buena química que existe entre el cuerpo técnico y los jugadores", insiste Dunga. Y habrá que creerle. Los cuestionamientos han quedado atrás. Las dudas también. Hoy ríe último, y sueña con el hexacampeonato.
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