Higuaín no desespera
Con apenas 22 años, el argentino Gonzalo Higuaín vive a pleno su segunda Copa Mundial de la FIFA. Sí, no leyó mal: el goleador del Real Madrid ya estuvo presente en otra fase final, aunque no como jugador. Fue en Francia 1998, cuando su papá, el ex futbolista Jorge Nicolás Higuaín, trabajaba como espía de los rivales del equipo que dirigía por entonces Daniel Passarella.
“Paramos en la casa de un familiar, y estuvimos en el estadio el día que Argentina le ganó a Inglaterra”, recuerda cada vez que se lo consulta al respecto. No obstante, la experiencia actual es aún más vertiginosa. Tras rechazar la invitación para jugar por la selección francesa -nació en Brest- , Gonzalo disfruta de las mieles del presente con la camiseta albiceleste. “Fue una situación particular, pero en mi cabeza siempre estuvo jugar para Argentina. Por suerte, el tiempo me ha dado sus frutos y puedo disfrutarlo al máximo”, confiesa el goleador del Real Madrid a FIFA.
Su debut ante Nigeria ha sido auspicioso, aunque la falta de justeza en los últimos metros le ha impedido celebrar su primer gol mundialista. Lejos de preocuparse, Gonzalo prefiere priorizar otros aspectos del juego: “Para un delantero, lo más importante es tener situaciones de gol. Y yo las tuve. El resto será cuestión del destino, estoy seguro de que llegarán los goles. Ojalá sea ante Corea”, asevera.
Los asiáticos representan, en efecto, el futuro escollo de Argentina. “Cualquiera que haya visto cómo le ganó a Grecia sabe que se trata de un rival duro. Son fuertes físicamente, ágiles y corren mucho. Sin dudas tendremos que hacer muy bien las cosas para ganar y ver si podemos asegurar ya la clasificación”.
Diego, el motivador
A la hora de hablar sobre Diego Maradona, Higuaín refleja un brillo especial en los ojos. “Es un gran motivador, sin dudas. Como entrenador es muy bueno, está haciendo las cosas de la mejor manera. ¿Quién no estría contento de trabajar a sus órdenes?”.
Y para graficarlo, basta como ejemplo el abrazo que recibió por parte del Diez a la hora de abandonar el campo contra Nigeria. “El es así, mantiene a todos contentos y confiados. Es una gran virtud. Me vino muy bien”, reconoce.
Antes de despedirse, el Pipita, diminutivo del apodo que heredó por parte del padre, envía un mensaje para aquellos que desconfiaban del plantel argentino en la previa del certamen: “Sabemos que quedan cosas por mejorar pero también que hemos ganado un partido importante. Esperamos que contra Corea nos salgan las cosas aún mejor y que podamos clasificar. Aquellos que no nos tenían fe no nos interesan. Sólo importa lo que pensemos nosotros en la intimidad. Estamos muy sólidos y fuertes y eso es lo importante”.
Ante semejante demostración de confianza, ¿hace falta explicar cuál es el objetivo de Higuaín en Sudáfrica? Cierra él mismo: “Seguimos siendo una gran selección que aspira a ganar el Mundial. Esperamos demostrarlo en lo que queda del torneo”.
Con apenas 22 años, el argentino Gonzalo Higuaín vive a pleno su segunda Copa Mundial de la FIFA. Sí, no leyó mal: el goleador del Real Madrid ya estuvo presente en otra fase final, aunque no como jugador. Fue en Francia 1998, cuando su papá, el ex futbolista Jorge Nicolás Higuaín, trabajaba como espía de los rivales del equipo que dirigía por entonces Daniel Passarella.
“Paramos en la casa de un familiar, y estuvimos en el estadio el día que Argentina le ganó a Inglaterra”, recuerda cada vez que se lo consulta al respecto. No obstante, la experiencia actual es aún más vertiginosa. Tras rechazar la invitación para jugar por la selección francesa -nació en Brest- , Gonzalo disfruta de las mieles del presente con la camiseta albiceleste. “Fue una situación particular, pero en mi cabeza siempre estuvo jugar para Argentina. Por suerte, el tiempo me ha dado sus frutos y puedo disfrutarlo al máximo”, confiesa el goleador del Real Madrid a FIFA.
Su debut ante Nigeria ha sido auspicioso, aunque la falta de justeza en los últimos metros le ha impedido celebrar su primer gol mundialista. Lejos de preocuparse, Gonzalo prefiere priorizar otros aspectos del juego: “Para un delantero, lo más importante es tener situaciones de gol. Y yo las tuve. El resto será cuestión del destino, estoy seguro de que llegarán los goles. Ojalá sea ante Corea”, asevera.
Los asiáticos representan, en efecto, el futuro escollo de Argentina. “Cualquiera que haya visto cómo le ganó a Grecia sabe que se trata de un rival duro. Son fuertes físicamente, ágiles y corren mucho. Sin dudas tendremos que hacer muy bien las cosas para ganar y ver si podemos asegurar ya la clasificación”.
Diego, el motivador
A la hora de hablar sobre Diego Maradona, Higuaín refleja un brillo especial en los ojos. “Es un gran motivador, sin dudas. Como entrenador es muy bueno, está haciendo las cosas de la mejor manera. ¿Quién no estría contento de trabajar a sus órdenes?”.
Y para graficarlo, basta como ejemplo el abrazo que recibió por parte del Diez a la hora de abandonar el campo contra Nigeria. “El es así, mantiene a todos contentos y confiados. Es una gran virtud. Me vino muy bien”, reconoce.
Antes de despedirse, el Pipita, diminutivo del apodo que heredó por parte del padre, envía un mensaje para aquellos que desconfiaban del plantel argentino en la previa del certamen: “Sabemos que quedan cosas por mejorar pero también que hemos ganado un partido importante. Esperamos que contra Corea nos salgan las cosas aún mejor y que podamos clasificar. Aquellos que no nos tenían fe no nos interesan. Sólo importa lo que pensemos nosotros en la intimidad. Estamos muy sólidos y fuertes y eso es lo importante”.
Ante semejante demostración de confianza, ¿hace falta explicar cuál es el objetivo de Higuaín en Sudáfrica? Cierra él mismo: “Seguimos siendo una gran selección que aspira a ganar el Mundial. Esperamos demostrarlo en lo que queda del torneo”.
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