
Vigente campeón del mundo, segundo país más laureado después de Brasil con cuatro títulos mundiales, Italia aborda, sin embargo, la 17ª fase final de su historia con la piel de advenedizo. Una paradoja que no perturba lo más mínimo a Marcello Lippi, cuya consigna fundamental sigue siendo, ahora más que nunca, "todos al servicio del grupo".
Nueve campeones del mundo figuran en su nómina. Daniele De Rossi, Alberto Gilardino, Vincenzo Iaquinta, Andrea Pirlo, Gianluigi Buffon, Gennaro Gattuso, Gianluca Zambrotta, Mauro Camoranesi y Fabio Cannavaro han envejecido un poco desde la gesta de Berlín. De entre ellos sólo dos, Gilardino y De Rossi, no han sobrepasado la treintena. Pero la media de edad general apenas ha aumentado, pues ha pasado de 28,8 a 28,9 años. Con todo, se trata de la Nazionale más vieja que ha acudido a la Copa Mundial pese a las ausencias de Alessandro del Piero y Francesco Totti, que han pasado la página de una vez por todas.
El porvenir en el presente
"Todo el mundo dice hoy que soy demasiado agradecido con los campeones del mundo. Pero si se fijan bien verán que he cambiado el equipo en más de un 50% respecto a los 23 de Berlín en 2006. También hay muchos jugadores jóvenes con bastante experiencia. Son el porvenir de la Nazionale pero también deben ser el presente", señala Lippi antes de precisar: "Si tuviera que competir toda una temporada con este equipo, probablemente mi elección habría sido otra. Pero por un mes no hay problema. Y después de todo, en las ollas viejas es donde se hace la mejor sopa".
La prestación de Gennaro Gattuso contra Suiza (1-1) respalda esta tesis. Aunque ha pasado prácticamente toda la temporada en el banquillo del AC Milan, Ringhio ha justificado la confianza de su entrenador recuperando su entusiasmo y sus valores guerreros. Por otro lado, Lippi, sordo a las críticas y a las polémicas, ha sabido asegurar el relevo en defensa con las eclosiones de Salvatore Bocchetti y Leonardo Bonucci, los dos de 23 años. Lo mismo ha conseguido en el centro del campo con Riccardo Montolivo, 25, y Claudio Marchisio, 24, a quien se siente bastante inclinado a dejar las llaves del camión. "Sabe ocupar los espacios con un gran oportunismo", analiza el Míster.
En ataque, Gilardino sigue siendo indiscutible, pero Fabio Quagliarella, llamado a última hora, y Giampaolo Pazzini han sumado puntos en los partidos amistosos. Tampoco hay que olvidar al oportunista por excelencia, Antonio di Natale, máximo goleador de la Serie A con 29 tantos. Esta abundancia de bienes debería permitir a la Squadra Azzurra alinear tres atacantes por delante de una media y una defensa más compactas.
Señales que no engañan
Las lesiones de Camoranesi y Pirlo no le han permitido hacer todos los ensayos que le habría gustado frente a México (1-2) y Suiza (1-1). Pero Lippi no se inquieta. Casi podría decirse lo contrario. Porque Italia tampoco ganó ni un solo partido de preparación para las Copas Mundiales de 1998, 2002, 2006 y 2010. Su última victoria en ese tipo de encuentros se remonta a junio de 1994 contra Costa Rica (1-0). Además, los italianos, que en general son más bien supersticiosos, casi han recibido con satisfacción el empate contra los helvéticos. En efecto, Suiza fue su último sparring en 1982 y 2006. En ambas ocasiones el marcador final fue el mismo (1-1) y las dos veces Italia acabó ganando la Copa Mundial de la FIFA.
Lippi se siente tanto más sereno por cuanto no tiene prácticamente la presión del resultado, en la medida en que pasará las riendas a su sucesor Cesare Prandelli al final de la Copa Mundial. Entretanto, con la fuerza que da la confianza total de su grupo, sólo exige una cosa a sus jugadores inspirándose en la actualidad: "Quiero a once Schiavones en cada partido de la Nazionale". Se refiere a la jugadora de tenis italiana que acaba de conquistar el Roland Garros ante la sorpresa general.
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