Bestia negra:Persona o rival muy difícil de batir, que inflige contundentes derrotas a un mismo adversario en distintos enfrentamientos.
La definición anterior de la expresión "bestia negra" se puede ilustrar con un clarísimo ejemplo: Adriano Leite Ribeiro y Argentina. En la gran final de la Copa América 2004, el gol del empate que Adriano anotó 'in extremis' puso el partido en la tanda de penales, donde la selección brasileña dio el golpe de gracia a la Albiceleste. En el encuentro decisivo de la
Copa FIFA Confederaciones Alemania 2005, dos tantos del delantero contribuyeron a la memorable victoria por 4-1 de Brasil contra su eterna rival.
Esta noche, ante 60.000 espectadores, Adriano volverá a poner sobre el tapete su condición de "carrasco" ('verdugo') de Argentina. Las dos superpotencias del fútbol sudamericano se verán las caras en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, en un choque correspondiente a la 6ª jornada de la competición preliminar de la CONMEBOL para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010. Después de superar sus problemas de salud y de ganarle la batalla al alcohol, O Imperador ('El emperador') vuelve a entrar en los planes del seleccionador brasileño, el mismo que le había recomendado tiempo atrás que "cambiara de conducta".
Aquel consejo de Dunga no cayó en saco roto, como demuestran 17 goles en 28 partidos disputados durante la impresionante temporada que ha jugado en el Sao Paulo, cedido por el Inter de Milán. El propio Adriano propició esta prolífica racha con su decisión de dejarse de juergas de una vez por todas y recuperar "un estado físico inmejorable", en palabras del preparador físico de la selección brasileña, Paulo Paixao.
Recuerdos imborrables
Nada queda ya de aquel Adriano desconcentrado, en baja forma, triste sombra de sí mismo. Por fin ha regresado el fornido, temible y sediento contrincante de antaño, tan capaz de horadar las mallas a toscos cañonazos con la zurda desde fuera del área como de empujar el balón de un refinado toque al otro lado de la línea de meta. Precisamente esta ambivalencia, que permitió a Adriano marcar 25 goles en sus primeros 36 partidos internacionales, es la cualidad de la que se ha servido el jugador con más frecuencia para castigar duramente a Argentina.
El artillero anotó el primer gol de la final de la Copa FIFA Confederaciones Alemania 2005 tras recortar a su marcador y colocar un trallazo imparable por toda la escuadra. Después, sencillamente peinó el balón justo en la boca de meta para sentenciar el encuentro con el cuarto y último gol de su país. Fue una exhibición que valió a Adriano el Balón de Oro y la Bota de Oro adidas de aquella competición. Sin embargo, el protagonista no la recuerda como la más genial de sus actuaciones contra Argentina.
Según él, ofreció su más aplaudido y encomiable recital ante la Albiceleste en los momentos decisivos de la Copa América 2004, justo cuando la selección de Brasil, privada de sus mejores efectivos, Kaká, Ronaldinho y Ronaldo, estaba a punto de sufrir una derrota por 2-1. Pocos segundos antes del pitido final, un nuevo héroe surgió por entre las filas de la entonces vigente campeona mundial. Desde el interior del área abarrotada de jugadores de ambos bandos, Adriano remató un balón colgado a la olla, y su volea se coló junto al palo derecho de la meta que custodiaba Roberto Abbondanzieri. El futbolista de Río de Janeiro transformó a continuación el primero de los lanzamientos desde el punto penal que decidieron la victoria por 4-2, y la séptima Copa América, para Brasil.
"El partido de mi vida fue la final de la Copa América contra Argentina", declaró recientemente el delantero. "Anoté un gol justo en los últimos segundo. Si no lo hubiera marcado, habríamos perdido el título. La victoria nos conmovió tan profundamente que todos lloramos al final [ de la tanda de penales]. Lo recordaré mientras viva".
¡Cómo le agradecerían los brasileños a Adriano que impartiera otra clase magistral esta noche! La selección brasileña, actualmente en el cuarto puesto de la tabla de clasificación (la última posición que garantiza el pase directo a Sudáfrica 2010), necesita con urgencia sacudirse el polvo de la insulsa caída que sufrió el domingo a domicilio (2-0) ante el líder, Paraguay.
"Una victoria contra Argentina borraría las huellas del resbalón", aseguró Adriano, quien ni siquiera contempla la posibilidad de que se produzca un resultado diferente. "La rivalidad es enorme, todo el mundo lo sabe. De ninguna de las maneras pienso perder ante Argentina".
Contra Paraguay, Adriano saltó al terreno de juego como sustituto en la segunda parte. A pesar de que ha reclamado insistentemente un puesto en el once inicial que hoy presentará Brasil en el Mineirao, posiblemente tenga que conformase de nuevo con el banquillo. "Los futbolistas queremos ser siempre titulares. Desearía que me incluyeran en la alineación titular para demostrar lo que puedo hacer. De todas formas, si me sacan de sustituto, también estaré a punto para lo que sea", admitió este futbolista de 26 años de edad, que con toda probabilidad participará en el encuentro de esta noche de una forma u otra.
"Es un partido importantísimo. Por suerte, siempre se me ha dado bien Argentina, y espero seguir así. Sería fantástico marcar un gol y contribuir a una victoria de la Seleção. Nada sabe más dulce en este mundo que derrotar a Argentina".
Si esta noche se convirtiera de nuevo en la bestia negra de la Albiceleste, "El emperador" podría recuperar el trono de artillero titular de la selección brasileña.
La definición anterior de la expresión "bestia negra" se puede ilustrar con un clarísimo ejemplo: Adriano Leite Ribeiro y Argentina. En la gran final de la Copa América 2004, el gol del empate que Adriano anotó 'in extremis' puso el partido en la tanda de penales, donde la selección brasileña dio el golpe de gracia a la Albiceleste. En el encuentro decisivo de la
Copa FIFA Confederaciones Alemania 2005, dos tantos del delantero contribuyeron a la memorable victoria por 4-1 de Brasil contra su eterna rival.Esta noche, ante 60.000 espectadores, Adriano volverá a poner sobre el tapete su condición de "carrasco" ('verdugo') de Argentina. Las dos superpotencias del fútbol sudamericano se verán las caras en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, en un choque correspondiente a la 6ª jornada de la competición preliminar de la CONMEBOL para la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010. Después de superar sus problemas de salud y de ganarle la batalla al alcohol, O Imperador ('El emperador') vuelve a entrar en los planes del seleccionador brasileño, el mismo que le había recomendado tiempo atrás que "cambiara de conducta".
Aquel consejo de Dunga no cayó en saco roto, como demuestran 17 goles en 28 partidos disputados durante la impresionante temporada que ha jugado en el Sao Paulo, cedido por el Inter de Milán. El propio Adriano propició esta prolífica racha con su decisión de dejarse de juergas de una vez por todas y recuperar "un estado físico inmejorable", en palabras del preparador físico de la selección brasileña, Paulo Paixao.
Recuerdos imborrables
Nada queda ya de aquel Adriano desconcentrado, en baja forma, triste sombra de sí mismo. Por fin ha regresado el fornido, temible y sediento contrincante de antaño, tan capaz de horadar las mallas a toscos cañonazos con la zurda desde fuera del área como de empujar el balón de un refinado toque al otro lado de la línea de meta. Precisamente esta ambivalencia, que permitió a Adriano marcar 25 goles en sus primeros 36 partidos internacionales, es la cualidad de la que se ha servido el jugador con más frecuencia para castigar duramente a Argentina.
El artillero anotó el primer gol de la final de la Copa FIFA Confederaciones Alemania 2005 tras recortar a su marcador y colocar un trallazo imparable por toda la escuadra. Después, sencillamente peinó el balón justo en la boca de meta para sentenciar el encuentro con el cuarto y último gol de su país. Fue una exhibición que valió a Adriano el Balón de Oro y la Bota de Oro adidas de aquella competición. Sin embargo, el protagonista no la recuerda como la más genial de sus actuaciones contra Argentina.
Según él, ofreció su más aplaudido y encomiable recital ante la Albiceleste en los momentos decisivos de la Copa América 2004, justo cuando la selección de Brasil, privada de sus mejores efectivos, Kaká, Ronaldinho y Ronaldo, estaba a punto de sufrir una derrota por 2-1. Pocos segundos antes del pitido final, un nuevo héroe surgió por entre las filas de la entonces vigente campeona mundial. Desde el interior del área abarrotada de jugadores de ambos bandos, Adriano remató un balón colgado a la olla, y su volea se coló junto al palo derecho de la meta que custodiaba Roberto Abbondanzieri. El futbolista de Río de Janeiro transformó a continuación el primero de los lanzamientos desde el punto penal que decidieron la victoria por 4-2, y la séptima Copa América, para Brasil.
"El partido de mi vida fue la final de la Copa América contra Argentina", declaró recientemente el delantero. "Anoté un gol justo en los últimos segundo. Si no lo hubiera marcado, habríamos perdido el título. La victoria nos conmovió tan profundamente que todos lloramos al final [ de la tanda de penales]. Lo recordaré mientras viva".
¡Cómo le agradecerían los brasileños a Adriano que impartiera otra clase magistral esta noche! La selección brasileña, actualmente en el cuarto puesto de la tabla de clasificación (la última posición que garantiza el pase directo a Sudáfrica 2010), necesita con urgencia sacudirse el polvo de la insulsa caída que sufrió el domingo a domicilio (2-0) ante el líder, Paraguay.
"Una victoria contra Argentina borraría las huellas del resbalón", aseguró Adriano, quien ni siquiera contempla la posibilidad de que se produzca un resultado diferente. "La rivalidad es enorme, todo el mundo lo sabe. De ninguna de las maneras pienso perder ante Argentina".
Contra Paraguay, Adriano saltó al terreno de juego como sustituto en la segunda parte. A pesar de que ha reclamado insistentemente un puesto en el once inicial que hoy presentará Brasil en el Mineirao, posiblemente tenga que conformase de nuevo con el banquillo. "Los futbolistas queremos ser siempre titulares. Desearía que me incluyeran en la alineación titular para demostrar lo que puedo hacer. De todas formas, si me sacan de sustituto, también estaré a punto para lo que sea", admitió este futbolista de 26 años de edad, que con toda probabilidad participará en el encuentro de esta noche de una forma u otra.
"Es un partido importantísimo. Por suerte, siempre se me ha dado bien Argentina, y espero seguir así. Sería fantástico marcar un gol y contribuir a una victoria de la Seleção. Nada sabe más dulce en este mundo que derrotar a Argentina".
Si esta noche se convirtiera de nuevo en la bestia negra de la Albiceleste, "El emperador" podría recuperar el trono de artillero titular de la selección brasileña.
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