Parece mentira. Hace apenas once meses, Dunga, el gran capitán brasileño, llevaba a su selección a conquistar la Copa América con un contundente 3-0 sobre Argentina. Hoy, ante el mismo rival y en casa, el estratega se llevó la peor reprobación que se recuerde a lo largo de su dulce historia de amor con la camiseta verde y amarilla.
"¡Adeus Dunga!" ( "¡Adiós, Dunga!") fue apenas una de las tantas muestras de disconformismo que cayeron sobre los oídos del temperamental entrenador durante algunos pasajes del segundo tiempo. Allí, cuando Argentina dominaba el balón y amenazaba con romper el empate de la mano de Lionel Messi y Juan Román Riquelme, los 57.000 torcedores de Belo Horizonte hicieron oír sus quejas ante la atónita mirada de los imparciales.
Sin embargo, fiel a su estilo, el entrenador no pareció consternado: "La gente puede decir lo que quiera. Esto es Brasil y siempre tenemos problemas durante las eliminatorias. Algunas veces nos tocó penar y después terminamos siendo campeones del mundo. Lo importante es clasificar", se defendió luego del partido que prometía mucho y entregó muy poco.
"Paciencia, esa es la palabra"
La camiseta brasileña, acostumbrada a bañarse de triunfos año tras año, padece como ninguna una racha de malos resultados. Por eso, la caída ante Venezuela en un encuentro amistoso, la derrota seguida a manos de Paraguay y el primer punto cedido en casa frente a Argentina en la historia de las eliminatorias terminaron por desatar la tormenta para el equipo que ahora marcha en la cuarta posición del certamen.
Con las miradas perdidas, desazón y más de una mueca de fastidio comenzaron a irse los miles de torcedores locales que, apenas dos horas antes, habían brindado una verdadera fiesta para su equipo. Sin dudas, un dato que no pasó desapercibido para los jugadores del Scratch. "Estamos muy tristes por el resultado. No jugamos como queríamos y es lógico que la gente se vaya disconforme. Pero el mensaje para nuestra afición es que tenga paciencia. Esa es la palabra... hay que entender que tuvimos dos rivales muy complicados en este turno: Paraguay fuera de casa y Argentina aquí, uno de los mejores equipos de la actualidad. No sacamos los resultados que queríamos, pero deben darnos tiempo y entender que, a veces, las cosas no salen como se las planean", reflejó Maicon.
Con él coincidió Adriano, uno de los pocos futbolistas brasileños que fue aplaudido a la hora de abandonar el campo. "Hicimos lo que pudimos, pero estamos tranquilos. Ahora tenemos un tiempo muy valioso de descanso antes de volver a jugar el próximo turno. Brasil es un equipo grande pero a veces tiene dificultades. Y no hay que olvidar que jugamos con Argentina".
Sin embargo, ni la buena predisposición de los futbolistas a la hora de declarar terminó por opacar el disconformismo de una torcida que se fue enfurecida del Mineirao como pocas veces en el pasado. Por esa razón, Gilberto Silva pidió calma ante los micrófonos: "No se obtuvieron los resultados esperados, pero todavía estamos en carrera. El que crea que Brasil está fuera se equivoca. Ahora descansaremos y volveremos a ser los mismos de antes. La gente tiene que comprender que nosotros somos los primeros que queremos ganar los partidos".
La gente, esa misma que ovacionó a Lionel Messi cuando se retiró reemplazado en el último minuto de juego, espera ahora que su equipo levante cabeza y enderece su posición en la tabla. ¿La fórmula para lograrlo? La revela el mismo Dunga: "Ganar y sumar puntos. La eliminatoria todavía no se terminó".
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